Cansada De No Intentarlo

Antes de llegar me sentía completamente vacía, muerta en vida, ya que, durante el tiempo que estuve consumiendo hice muchas cosas para satisfacer mi placer y me olvide de todo, incluyendo cosas que me hacen sentir bien, llegue llena de necesidad, con muchas ganas de gritar. Recuerdo que las ultimas cosas que hice fue intentar aventar de un piso desnivel, dejando atrás cualquier responsabilidad ya que mi ego solo quería saciar su placer, sexo, drogas, engrandecerme en el entorno en el que ya estaba, arriesgándolo todo, y fuera de sentirme satisfecha cada vez me sentía más vacía, hasta que llegaba el punto en donde quería desaparecer, tanto vacío me fue orillando a sentirme de esa manera, ya nada podía hacerme sentir bien como en un principio que las drogas me daban una sensación de saciedad. Ya no existía tal sensación, y cada vez era más difícil lidiar con mis pensamientos, con las atrocidades que había cometido, ya que destruí mi familia, mi integridad, la integridad de mi familia, intentando ocultarlo de mis padres y siempre queriendo esconder mi malestar.

Dios se manifestó y me contacté con un miembro del grupo, me aceptaron sin dudarlo, y comencé a sentir mucha calma y miedo al mismo tiempo, confusión ya que por una parte me justificaba echando culpas y por otra estaba el recuerdo de aquellos momentos en los que me sentía bien y todo marchaba a la perfección cuando estaba en el grupo, decidí con ayuda de un buen amigo dentro del grupo cuales eran las mejores opciones para mí. Mi exnovio seguía en mi casa drogándose y volver era muy riesgoso para mí. Pude sentir mucho amor por parte de los miembros del grupo, algo que tenía tiempo sin sentir, comencé a disfrutar ver a mis hijas jugar, y al mismo tiempo comencé a sentir culpa, por malagradecida; pero al final de todo, lo que más me han regalado es amor, sigo peleando con mi ego, pero sin duda me siento muy bien cuando me permito no escucharlo.